lunes, abril 13, 2009

DECIR ADIÓS.


No me gustan las despedidas. Sobre todo no me gusta despedirme dejando parte de mi alma en ello, perdiendo un trocito, entendiendo la profundidad del sentimiento que me une a alguien, sin saber muy bien porqué. Las palabras no son lo suficientemente poderosas como para hacer que vuelva el que se tiene que marchar. Mil lágrimas no cambian tampoco nada. Y, sin embargo, lloro mientras escribo esto, siento que el dolor hace mella en mi, en mi mirada borrosa, nublada e inundada. Es una sensación casi agónica que me va a acompañar aunque pasen los días y no se pierda la esperanza, que a veces es una ilusión.
Lo peor es la rabia, la impotencia,la injusticia.
Te vas Aurora Boreal, y de verdad siento que te vayas, justamente ahora. Gracias por haberme dejado acompañarte hasta el final.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

LA PASIÓN.
EL REGRESO.
DE NUEVO LA VUELTA.

Un resumén rápido.

1.- Si tenías miedo y fuistes sola a la varga tal como lo describes, te felicito, un miedo superado, me quedo con tu valentía y con lo que bien decía tu abuela "donde está el cuerpo está el peligro". Mis miedos (los tengo y soy consciente de ellos)en ocasiones me limitan e incluso me paralizan.
2.- Abrazando árboles, si,si, por lo de la energía verde, y respirar al mismo tiempo que los abrazas y si es verano oir el canto de las chicharras hasta ensordecer, que bonito y con mucha similitud a abrazar personas, ¿la misma energía?, pienso que dependerá de la persona que abraces, ¿no?.
3.- La vida en un pueblo me gusta y veo que a ti también, si yo te contara........., no acabaría nunca, que cantidad y calidad de recuerdos, puro placer. No soy para nada de las personas que detestan la ciudad, lo que me aporta hoy en día la city es muy parecido a lo que en su día me ofreció el medio rural.
4.- Sabor de pueblo. Esos rollitos de las fotografías me recuerdan a los que se hacían en casa de mis padres, se reunían todas las amigas de mamá en la cocina, harina, aceite, azucar, gaseosas y canela de ingredientes, me ponía las manos perdidas de jugar con la masa al mismo tiempo que escuchaba sus conversaciones siempre interesantes de personas mayores. La masa bañada en aceite caliente esperando ese color tostado que posteriormente era rebozado en azucar y canela, ¿es así? ¿me equivoco?, házmelo saber.
5.- Decir adiós. Otra de las perlas que me encuentro hoy en tu blog, literalmente "Es una sensación casi agónica que me va a acompañar aunque pasen los días y no se pierda la esperanza, que a veces es una ilusión". Odio las despedidas y lo de casi agónica lo tomo como algo que sufro yo también, es así, despedida es igual a sufrimiento, a fin de estaciones, a una sensación nada comparable, ¿como podré ahora continuar? ¿como podré seguir?, vacio, vacio que nunca se podrá ocupar.

Desde el anonimato que me proporciona seguridad, me permito escribirte estas palabras para disfrutarlas con plena libertad. Desde mi corazón puramente virtual te ofrezco latidos sin más.

Los Santos Inocentes.

Inma dijo...

Hola guapaaaaa!!!! A mi tampoco me gustan las despedida.... He estado toda la noche, leyendote, hacia días que no entraba y como siempre, te doy las gracias, por hacerme reir, emocionarme, por aprender, por poner "esas palabras a sentimientos" que tienes o estados, jejeje. Que GRACIAS por dejarnos compartir esa forma tan especial que tienes tu para contarnos tus vivencias. Un beso

Lorena dijo...

Santos: Pensé que habias bajado de este tren, me alegro de que sólo haya sido temporal.Bienvenido.
1.El miedo lo tengo bien metido en el cuerpo, pero no me pierdo nada, intento que no me paralice. He aprendido a vivir con él.
2.Los árboles me dan paz, si, y es verdad, lo mismo que algunas personas, que no todas, es muy curioso lo de las energías.
3.Vivo en ciudad pero la verdad es que me quedaría en el pueblo, para que mentirte, encuentro otros estímulos que en la ciudad suelo tener más anestesiados.
4. No tengo ni idea de la receta de los rollitos, yo me los como y au, jajajajaja...los hizo Angelina y me llamó para que fuera a por ellos. Me asusté de ver tanto dulce junto pero luego me puse las botas.
5. El dolor se arraiga. La sensación es agónica. La despedida para siempre te rompe de alguna manera por dentro, es difícil de explicar pero veo que sabes muy bien a que me refiero. A las ganas de gritar y reprimirte el sentimiento, a esa atadura que te abraza y no te suelta, a "me falta el aire", a cuando piensas "no, por favor, no, que no suceda..." casi con desesperación, a sabiendas de que se acerca ese momento. Si, es cierto, la palabra que más se aproxima es esa, agonía.
Gracias por tus latidos virtuales, por tu tiempo, por tus palabras. Me encanta tu regreso.

Inma: Gracias a ti Inma, por tu fidelidad. Que ya sé que aunque no suelas escribir comentarios estás por ahí detrás , también sé que disfrutas y de verdad que sólo por eso merece la pena contar mis paranoias. Un besote muy fuerte guapa y ¡muchas felicidades!!! que como estos días no he mirado la agenda se me han pasado un montón de cumples de tó quisqui. Besotes, gracias.